Era una noche fría en la ciudad el inspector seguía frustrado en su intento de atrapar a la ventrílocua, la llamaban así por que decían que mientras te torturaba escuchabas una voz tenebrosa pero nunca movía la boca. Eran mas de una decena de asesinatos en apenas un mes y solo se sabía que atacaba a mujeres que se encontraran solas a altas horas de la noche, el inspector tuvo una idea la cual más tarde se arrepentiría.
Salió de su casa sobre la 1.00 con un disfraz de mujer cayeron las 2, 3, 4... Y la asesina seguía sin aparecer, pero todo cambió.
Estaba sentado sobre un banco esperando a un compañero más pero ese compañero no llegó, sin avisar algo se le abalanzó encima automáticamente saco la pistola y disparó.
Eran las 6.00 cuando su oficial le dijo que tenía que ir a ver el cuerpo salió de la taberna y regresó al lugar de los hechos al destapar la cara a la asesina se dio cuenta de que era su hija entonces cogió su arma y se disparó en la sien, quitándose por segunda vez la vida.
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